El infierno abrió su puerta en la isla de La Palma cuando el volcán Cumbre Vieja entro en erupción el pasado día 19, estremece ver como los edificios se derrumban como si fueran de cartón con la impotencia de no poder hacer nada contra la fuerza de la naturaleza.
Cerca de quinientas familias han perdido sus casas, sus terrenos, sus enseres, sus recuerdos y lo que es aun peor, han perdido la ilusión y las ganas de seguir luchando para tener que volver a empezar desde cero.
Cuando ocurre una desgracia como esta en cualquier país del mundo rápidamente el resto de países envían aviones cargados con todo lo necesario para atender a los afectados en las necesidades mas básicas, no entiendo como en esta ocasión este Gobierno nuestro de talibanes no ha enviado absolutamente nada, los palmeros de La Palma se están arreglando entre ellos y con los donativos de gente de toda España, mientras tanto los palmeros del doctor Sánchez siguen rezando para que no se les acabe el chollo de un sueldo regalado solo por estar de rodillas al paso de su jefe.
Y mientras la gente lloraba por haberlo perdido todo a la trastornada ministra Maroto solo se le ocurre decir que es una atracción turística, si hubiera sido en otra época a esta mema ya la hubieran echado al volcán para aplacar la furia de los dioses, pero no, ahí sigue en su sillón verbenero pensando en la próxima sandez que va a decir.
Hemos dejado descansar a los virólogos para sacar a la palestra a los vulcanólogos, la verdad es que no resuelven ninguna duda, solo dicen que no se sabe que puede pasar, y mientras tanto la lava le ha pasado por encima al pueblo de Todoque, y para colmo una cadena de televisión ha enviado a un comentarista deportivo para informarnos de la situación metiendo la pata continuamente y al que solo le falta gritar ¡Goooool! cada vez que hay una explosión, patético, aunque el resto de informadores andan por un estilo, con falta de madurez y sobre todo de colegio.
Ahora todos somos La Palma, pero obviamente esto pasara, el volcán cesara y nos olvidaremos del tema, como cuando todos fuimos Lorca con su terremoto o cuando fuimos el Prestige con su chapapote o cuando limpiamos el barro de la Dana de turno, lo imperdonable es que al Gobierno también se le olvida enviar las ayudas que promete cuando se hace la foto.
A los palmeros de La Palma les envío mi afecto, mi apoyo y un fuerte abrazo para que sientan que no están solos en esta gran desgracia, y a los palmeros del talibán Sánchez les envío mi desprecio y a la mayoría les recomiendo que vuelvan al colegio para que tengan al menos el Graduado Escolar cuando se les acabe la mamandurria.